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El diputado provincial del PRO, Gustavo Cairo, presentó en la Legislatura provincial un proyecto que, lisa y llanamente, pretenden prohibir el lenguaje inclusivo. Se trata de una iniciativa que la semana pasada entró por mesa de entrada de la Casas de las Leyes y que no ha tomado estado parlamentario.
Difícilmente lo haga. La propuesta de Cairo apunta a que se inhabilite el lenguaje inclusivo en documentos oficiales y en escuelas. "Es un atentado contra los ojos y oídos de muchos que creemos que no se justifica desde la economía del lenguaje y además constituye un atentado a la belleza del idioma", fundamenta el legislador del PRO.
En una comprensión del lenguaje como proceso, vivo, dinámico: ¿alguien puede pensar que este proyecto avance? No. “Hay un uso político sobre el rechazo del lenguaje inclusivo y es peligroso”, advierte Valeria Hasan, académica e integrante del IDEGEM, el Instituto de Estudios de Género y Mujer de la UNCuyo.
En diálogo con Radio Nacional Mendoza, Hasan repasa la trayectoria del hoy denominado “lenguaje inclusivo”, que antaño se llamó “lenguaje no sexista”, por lo que la discusión a este respecto no es nueva, desde la concepción del lenguaje como una construcción. “A medida que las sociedades se van modificando, el lenguaje también”, explica Hasan.
El histórico, y exclusivo, masculino universal invisibiliza a las mujeres al no nombrarlas. El lenguaje con perspectiva de género amplía ese mundo que propicia la lengua al nombrarlas. Pero hay personas que no se autoperciben en ese marco de binarismo. Lo que no se nombra no existe. El lenguaje inclusivo da visibilidad a estos sectores.
“Hay una resistencia muy fuerte de un sector de la sociedad que se niega a ver esto”, considera Valeria Hasan. Para la académica, este tipo de iniciativa prohibitiva, la de Cairo, “tiene que ver con un clima de época, con estos discursos de odio, con polarizar a la sociedad”. Además, considera “irresponsable generar y aumentar estos climas virulentos que vivimos.
Para Valeria Hasan, “las autoridades y legisladores deberían estar dedicados a otras cosas, más bien a pacificar y apaciguar este clima que estamos viviendo. Tendrían que ocuparse más de cosas urgente que de polarizar en relación con el lenguaje”. El carácter político de la iniciativa del legislador del PRO se deja entrever fácilmente, Muchas, incluso, lo tachan de “puro humo”.
“Pero hay que estar alertas, son pruebas que se hacen”, advierte Hasan. Mendoza no es un caso aislado. En Santa Fe hay un proyecto en la misma línea, que tampoco tiene chances de avances en lo legal, como la de Cairo, por la progresividad de derechos. Y es que tales propuestas de normas desconocen legislaciones vigentes y tratados internacionales.
El IDEGEM; FADECOOS, Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social, y REDCOM, Red de Carreras de Comunicación Social, lanzaron una campaña que incluye videos y placas ilustrativas con ejemplos de uso del lenguaje inclusivo y lo que representa a quienes se nombra de esta manera, haciéndoles existir como sujetos de derechos.
Más allá del proyecto de ley de Gustavo Cairo que prohíbe el uso del lenguaje inclusivo y con ello pretendería detener una construcción social dinámica como la lengua, para Valeria Hasan “en el uso cotidiano, la transformación se está dando de todas formas: el lenguaje se transforma y, finalmente, el lenguaje se va a incorporar al uso”.