Mendoza // 2021-06-07
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Docentes vacunados contentos, otros no tanto, y pedido reiterado de virtualidad
Tras los efectos secundarios de la vacuna inglesa, que se prolongan normalmente entre 24 y 48 horas, muchos docentes contaron la tranquilidad y la seguridad que les representó recibir la primera dosis del esquema. Asimismo, muchos y muchas consideran que, no obstante, se debe retornar a la virtualidad hasta que baje la curva de contagios en Mendoza.


“¡Cómo pega la AstraZeneca!”, fue el común denominador de la mayoría de docentes vacunados a lo largo de esta semana, convocados en el marco especial del operativo destinado a este sector de trabajadores de la educación. La mayoría de ellos y ellas fueron inoculados con la vacuna Oxford-AstraZeneca, y los efectos secundarios se hicieron sentir.

“Yo no me puedo dormir. Tiemblo entera. Me levanté y me tomé más pastillas para dormir. Tiemblo y estoy con medias de lana, dos camperas, pantalón, dos frazadas. Me duelen los huesos”, compartió una docente. “Yo me puse la vacuna y pasé dos días con fiebre y dolor del cuerpo, dos días en cama, mal”, contó otra.

Algunas líneas de fiebre, escalofríos, decaimiento, mareos, descomposturas, dolores musculares y de cabeza son algunos de los efectos más comunes de la vacuna inglesa. “Muchos colegas con los que hablé hoy la han pasado muy mal la noche de la vacunación e incluso al día siguiente, me incluyo”, señaló otra profe.

Además, muchos y muchas fueron vacunados y debieron asistir a la escuela, ante el temible Ítem Aula: “Me vine a trabajar, pero me duele el estómago de tanto Ibuprofeno que me he tomado. Pero me siento bien, un poco decaída”, dijo otra docente. Otra refirió: “Ayer fui vacunada y hoy me siento decaída, con náuseas, mucho dolor de cuerpo”.

“A mí me pegó no mal: pésimo, he estado dos días con fiebre en cama, así que chau Ítem Aula, chau todo”, indicó una profe. Asimismo, otros docentes confiaron que sufrieron un malestar por lagunas horas, parecido a un estado gripal, que con la toma de analgésicos se les alivió. De hecho, especialistas sugieren antes y después de la vacunación, tomar paracetamol.

Pero tras los efectos secundarios, que se prolongan normalmente entre 24 y 48 horas y son esperables, según indican desde la OMS, muchos docentes contaron la tranquilidad y la seguridad que les representó recibir la inoculación. “Después de la vacuna me sentí mucho más tranquila. Me permite dar mí clase un poco más relajada”, “Me siento más tranquila, espero que pronto recibamos la segunda dosis”, manifestaron.

Las suspicacias en torno a la vacuna inglesa no son nuevas. Hace semanas, comenzaron los cuestionamientos en paralelo a la suspensión transitoria de la inoculación con esa vacuna en países de la Unión Europea, por casos de tromboembolia tras su colocación. Sin embargo, desde la Agencia Europea de Medicamentos se han declarado a favor de la vacuna AstraZeneca, explicado que tales casos son muy raros y refiriendo que son mucho mayores los beneficios que las afectaciones.

Ana María es docente de nivel superior, accedió a la vacuna por tener 50 años, ya que los y las docentes de ese nivel todavía no han sido convocadas. “Me siento feliz, segura, pero cauta, porque sé que no previene el contagio, sí las complicaciones”, contó. Asimismo, consideró que “el sistema de clases debería ser gestionado adecuadamente, priorizar la virtualidad, convocar sólo a les niñes y adolescentes que tienen problemas de conexión”.

“Lo importante es bajar la cantidad de gente circulando en colectivos y en las calles. Y debería existir más controles para el cumplimiento de las pocas restricciones que tiene la provincia, hasta que la vacunación haga más efecto en la población y que baje el porcentaje de ocupación de camas”, reflexionó Ana María.

Darío es profe secundario y explicó que la vacunación le “genera una cierta tranquilidad, porque uno se encuentra menos vulnerable frente a la pandemia. Pero lejos estamos de resolver el problema, porque las condiciones de infraestructura en muchas las escuelas siguen siendo la misma”, resaltó.

“La superficie de las aulas no son las adecuadas para la cantidad de estudiantes que se organizan en las mismas, los estudiantes se transportan en colectivo, los docentes se trasladan de una escuela a otra. El presupuesto para compra de insumos de higiene está muy limitado”, reiteró, en un reclamo repetido a la DGE.

Marcelo se vacunó en el Polimeni, al mediodía. Algunas horas después, en la noche sintió algunos síntomas leves. Dio clases virtuales. El docente contó que, 24 horas después, se sintió “muchísimo mejor”. Pero, además, subrayó que se siente “con un poquito más de calma y seguridad, con el tema de los contagios, además porque uno tiene familia”.

Entre los vacunados, hay docentes a favor de sostener la presencialidad. Sin embargo, buena parte considera que es precoz avanzar hacia ese sistema en una pseudo normalidad. “Más allá de que en parte estemos vacunados, tenemos alumnos. Más allá de protegerse a uno mismo, hay que proteger al otro. Me parecen que no están dadas las condiciones para la presencialidad, se puede seguir en virtualidad”, dijo un profe.

“Las políticas educativas no garantizan esa estructura. Ante este desamparo del gobierno, los docentes podemos buscar la manera de hacer llegar el material a nuestros alumnos que no tienen conectividad, como hicimos todo el 2020”, enfatizó un docente, porque “estamos disminuyendo un poquito el riesgo, pero el problema no ha terminado”, completó otro.

Paola se sintió “súper contenta de estar vacunada”: “Me da la sensación de que, al ser cada vez más las personas vacunadas, nos va a dar la posibilidad de acercarnos, de tener un funcionamiento social más normal, y no tener miedo”, señaló. Al mismo tiempo, la docente consideró que “no podemos seguir mirando para otro lado las nuevas tecnologías y todas las posibilidades que brindan”.

Para Paola, “la virtualidad ha sido excluyente por una situación económica: no es que la tecnología no sirva para educarse, porque evidentemente están funcionado en otros niveles educativos”, destacó al describir cómo el nivel superior funciona virtualmente desde hace años y de manera muy efectiva, en carreras de post grado, principalmente.

De acuerdo a la lectura de la profesora, hay un desinterés en la inversión que garantice conectividad de manera generalizada, sobre todo, por parte del gobierno de Mendoza “que se ha hecho el boludo y no ha invertido en nada: ni para lo virtual ni para lo presencial”, reafirmó la profesora al tachar de “una gran mentira” al actual sistema presencial.

“Ha quedado muy resentido el sistema, creo que al gobierno provincial le ha servido la pandemia para desmantelarlo lo más posible, para desgastar a los docentes al máximo y seguir fomentando que somos vagos, que no servimos, que no queremos trabajar. Y sin embargo, se ha trabajado tanto o más que de manera presencial”.

Desde el SUTE, la secretaria de Acción Social Laura Espeche, consideró: “Creemos que el avance de la vacunación es una buena noticia, muy esperada, y en la que mucho tiene que ver la persistencia del gremio en exigir la vacunación. Creemos que tienen que continuar con los grupos que faltan vacunar de manera urgente”.

“Según datos del gobierno, se ha vacunado a 35.000 docentes, alrededor del 60% de los trabajadores de la educación. Para sostener la presencialidad se necesitan las dos dosis, es la única garantía para que el proceso de inoculación esté completo y la escuela sea un lugar seguro”, señaló Espeche.

Desde el llano, una profesora opina en esta línea: “Considero que, si bien es muy importante la presencialidad en la educación, en estos momentos de altos índices de contagios y muerte por Covid es mejor darle prioridad a la salud. Los saberes se pueden recuperar, pero de las secuelas de esta enfermedad no”.


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