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Fuerte controversia despertó la instalación de cafés en museos y galerías mendocinas. Y es que, como parte del Programa de Atracción de Inversiones y Generación de Empleo, se sumará a los espacios artísticos la posibilidad de contar con cafés y restaurantes en las mismas instalaciones.
El Museo Juan Cornelio Moyano, el Carlos Alonso, el Fader, el ECA contarán con espacios que brindarán servicios gastronómicos a sus visitantes. Una iniciativa novedosa, pero que, al decir de los y las artistas, deja en evidencia el abandono de la actividad cultural contemplada, meramente, como accesoria del turismo.
La ausencia de políticas públicas destinadas a los y las artistas mendocinos cobró vigor nuevamente, tras conocerse esta iniciativa, y reafirmaron las pocas o nulas acciones encaradas desde el gobierno provincial para sostener y fomentar la labor artística como así a los propios y propias artistas.
La artista plástica Laura Rudman consideró que la iniciativa le resultó “una piña”. En diálogo con Radio Nacional Mendoza, la pintora manifestó que “Cultura funciona, para este gobierno, como un accesorio de Turismo, y esto manifiestan con esta acción: un negocio para un reconocido empresario amigo del gobierno”.
“Nada de esto va a sostener políticas culturales, porque no existen. No existen políticas para promover y desarrollar proyectos culturales. Estamos muy desamparados y abandonados los artistas”, consideró Rudman. Si bien reconoció que en museos del mundo hay cafés de ese estilo, refirió que Mendoza está muy postergada en políticas públicas en pos de la labor artística.
Por su parte, el artista y dibujante Andrés Casciani remarcó la “superficialidad” de este tipo de iniciativas: “Entender la cultura y la vida de los artistas y de los espacios de arte como un consumo efímero desoye las verdaderas necesidades de los artistas, como ciudadanos, y es no comprender el valor esencial del arte como uno de los motores de la vida”.
Para Casciani, el proyecto de instalación de cafés y restaurantes en museos y galerías de Mendoza “es más de los mismo”: “en cuanto a la incomprensión de la cultura y es, al mismo tiempo, una cachetada a los verdaderos hacedores del arte que son utilizados como una especie de maquillaje”.
Desde la Asamblea de Artes Visuales de Mendoza el problema no radica en instalar cafés o no, sino que “en un contexto de mucha precarización del trabajo del artista y después de un silencio de meses lo único que proponen desde el área es el tema de los cafés”.
“O están invisibilizando la problemática o creen que nosotros no entendemos lo que significa vivir en una provincia que carece de políticas culturales”, manifestaron desde la Asamblea. Al mismo tiempo, refirieron que esas políticas públicas no pueden quedarse en la entrega de bolsones de mercadería para las y los trabajadores del arte, lo único encarado desde Cultura.
El director de Patrimonio de la provincia, Horacio Chiavazza, indicó en declaraciones a medios, que quienes cuestionan la propuesta tienen “una mirada corta”, cuando lo que se pretende es ampliar la experiencia en el museo y brindar un mayor servicio al visitante.
“La idea es que después de recorrer la galería las personas puedan sentarse a tomar un café, dialogar sobre las obras y sus preferencias”, señalo Chiavazza, a la vez que afirmó que no se restarán zonas de exposición, al utilizar espacios hoy ociosos para la instalación de servicios gastronómicos.
“Las instituciones no están vacías de artistas, están vacías de políticas culturales”, subrayan desde la Asamblea de Artes Visuales y le preguntan a Chiavazza: “¿No es él corto cuando no se da cuenta de que la crítica no viene por un café sí o un café no? La crítica viene, porque él bien lo sabe, la cultura nunca ha estado apoyada por el Estado y seguimos usando los espacios como cascarones vacíos”.