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Un análisis de datos presentado por la UTEP permite dilucidar la dificultad de la situación por la que pasa Mendoza. Desde esta entidad explican por qué el cierre de escuelas en este momento de nuestra provincia, “se justifica no solamente en muchos elementos epidemiológicos y de sentido común sino también en la resolución 387 del Consejo Federal de Educación, que contó con la aprobación de la DGE”.
Más allá del destrato que ha sufrido el sector docente y de apoyo académico, al cual se señala constantemente como “que no dio clases durante 2020”, pese al esfuerzo realizado para el sostenimiento del sistema sin ser proveídos de herramientas. Este estudio brinda datos para entender por qué parar la presencialidad es urgente.
Para empezar por la conclusión, los datos que arroja este estudio brindan un insumo para que desde el Estado provincial se cuente con una herramienta más para analizar este momento. Sin embargo, advierten que el mismo sirve para “desentramar un hecho que es principalmente político y no epidemiológico. En el caso de Mendoza, los indicadores muestran que la Provincia se encuentra en una zona crítica de altísimo riesgo epidemiológico. Todos los indicadores están mal, muy mal (la razón, la incidencia, la ocupación de UTI)”.
El pasado 12 de febrero del 2021, el Consejo Federal de Educación, integrado por los ministros (o equivalentes) de educación de las 24 jurisdicciones, los sindicatos de educación; todos y todas ellas presididos por el Ministro de Educación de la Nación, acordaron redactar la Resolución 387/2021 publicada un día después, donde se comprometían a respetar dicha norma legal de acuerdo a las condiciones epidemiológicas establecidas por los DNU referenciados anteriormente.
¿De qué indicadores hablan?
Se trata de datos referidos a la zona de riesgo epidemiológico, razón de los contagios, incidencia, ocupación de camas de Terapia Intensiva, entre otros. En ese marco, el estudio, firmado por Lisandro Soriano, miembro de la comisión de salud de la UTEP, señala que “todos aquellos indicadores presentan valores de una situación de altísimo riesgo para la población mendocina”.
Por otro lado, advierten que el hecho de suspender la modalidad presencial de clases (que no significa suspender las clases), no sólo se reduce a la CABA, sino a toda jurisdicción que haya rubricado y forme parte del pacto federal al que se comprometió en la Resolución mencionada. “Poner el foco en cuántas personas se contagian dentro de la escuela o no, es correr el eje de la discusión para ocultar, desconocer y transgredir la norma. No se puede borrar con el codo, lo que se firmó con la mano”, explica este especialista.
Además, si bien el programa de vacunación ha venido avanzando, “se necesita tiempo para seguir vacunando y que dicha inoculación genere los anticuerpos necesarios para evitar casos graves y muertes que no deseamos. Se necesita tiempo para revertir el colapso sanitario en el que nos encontramos”, advierte. En tanto que sentencia, “ahora, cierren las escuelas”.
La resolución
Como contábamos anteriormente, el 12 de febrero del corriente año, el Consejo Federal de Educación (CFE) estableció la Resolución 3871 con el objeto de priorizar “el sostenimiento de clases presenciales en todos los niveles y modalidades de la educación obligatoria de acuerdo con el nivel de riesgo de los distintos aglomerados urbanos, partidos o departamentos, pueblos o parajes, en el marco de un análisis sanitario y epidemiológico integral que considere los parámetros y procedimientos establecidos en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N° 67/20212 y sus modificatorios”.
Parámetros sanitarios
Para realizar las mediciones en relación a la incidencia que podían tener las clases en los contagios –o los contagios fuera de los colegios que derivaran de todas formas en una suspensión de clases-, se tenían en cuenta los siguientes parámetros epidemiológicos y sanitarios:
1. El sistema de salud debe contar con capacidad suficiente y adecuada para dar respuesta a la demanda sanitaria.
2. El aglomerado urbano, departamento o partido no debe estar definido por la autoridad sanitaria nacional como aquellos que poseen “transmisión comunitaria sostenida” del virus SARSCoV-2.
3. La razón de casos confirmados, definida como el cociente entre el total de casos confirmados de las últimas DOS (2) semanas epidemiológicas cerradas y el total de casos confirmados correspondientes a las DOS (2) semanas previas, deberá ser inferior a CERO COMA OCHO (0,8). Este indicador permite observar el aumento o descenso de casos de las últimas DOS (2) semanas en relación con las semanas anteriores. Si el indicador se encuentra entre CERO COMA OCHO (0,8) y UNO COMA DOS (1,2) se considera una evolución estable, si es mayor a UNO COMA DOS (1,2) se considera evolución en aumento y si es menor a CERO COMA OCHO (0,8) se considera en descenso. No será necesario cumplimentar este requisito si, por la escasa o nula cantidad de casos, no puede realizarse el mencionado cálculo.
Ante este panorama, el especialista en cuestión advierte que se toma como “Riesgo Alto” a “la razón de casos, definida como el cociente entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos CATORCE (14) días y el número de casos confirmados acumulados en los CATORCE (14) días previos, sea superior a UNO COMA VEINTE (1,20). La incidencia definida como el número de casos confirmados acumulados de los últimos CATORCE (14) días por CIEN MIL (100.000) habitantes, sea superior a CIENTO CINCUENTA (150).”
En tanto que se considera “Riesgo Medio” a “la razón de casos, definida como el cociente entre el número de casos confirmados acumulados en los últimos CATORCE (14) días y el número de casos confirmados acumulados en los CATORCE (14) días previos, se encuentre entre CERO COMA OCHO (0,8) y UNO COMA DOS (1,2) La incidencia definida como el número de casos confirmados acumulados de los últimos CATORCE (14) días por CIEN MIL (100.000) habitantes, se encuentre entre CINCUENTA (50) Y CIENTO CINCUENTA (150).”
¿Cómo avanzan los casos positivos en Mendoza?
Durante las últimas semanas hemos visto como, día a día, nuestra provincia cuenta con récords de casos positivos jornada tras jornada –con algunas excepciones- y la lamentable cifra de muertos que crece día a día.
En ese sentido, Soriano apunta que “según los datos registrados en el Ministerio de Salud de la Nación y actualizados el 19 de abril del corriente; se registraron (desde el inicio de la pandemia) 86.732 casos confirmados de COVID19 cargados por establecimientos de la Provincia de Mendoza. De estos, el 21% (18.950) corresponden a casos con fecha de inicio de síntomas posteriores al 27 de febrero de 2021 (desde la semana epidemiológica 9 del 2021)”.
Por otro lado, hay algunas particularidades a tener en cuenta, por ejemplo, la regionalización de nuestra provincia. Según advierten desde la UTEP, “es necesario observar la realidad sanitaria de acuerdo a esta regionalización y no por departamentos, ya que la respuesta sanitaria se da regionalmente. Por ejemplo: Guaymallén (el Departamento más poblado de Mendoza) no cuenta con un hospital público por lo que depende de los hospitales de los departamentos vecinos. Lo mismo ocurre con Luján de Cuyo”.
En tanto que, el Ministerio de Salud de la Nación clasifica al Departamento de Lavalle con riesgo medio de acuerdo al DNU 235/21. “Esto es correcto. Pero si no se considera la regionalización, se invisibiliza que el Hospital Sícoli de Lavalle no cuenta con Terapia Intensiva (UTI) por lo que depende de Hospitales de otros departamentos de la Región e inclusive otras regiones (como el Perrupato de San Martín en el Este). En el caso del Este, Santa Rosa y La Paz cuentan con Hospitales de baja y mediana complejidad (sin UTIs). Todo el Este depende de las camas de terapia intensiva de los Hospitales Perrupato (San Martín) y Saporiti (Rivadavia)”, advierten ante este panorama
Ocupación de camas
Mendoza tiene un índice alto de ocupación de camas, en este contexto, cabe recordar que se establece que si se supera un 80% de ocupación se debe considerar este indicador de riesgo alto. Pero alcanzar niveles superiores al 90%, implica una situación altamente crítica.
“El hecho de que un hospital deje de realizar ciertas prestaciones cotidianas (como las cirugías programadas) indica que no puede dar respuesta a la totalidad de las necesidades sanitarias de una población. Los relevamientos dan testimonio de personas que ocupan camillas de las guardias con oxígeno esperando más de 24hs ser internadas en UTIs o servicios de mediana complejidad”, apuntan desde el sector.
Vacunas
Finalmente, si bien se pondera el proceso de vacunación y el esfuerzo que están realizando tanto la Provincia como los distintos municipios para avanzar, hay que darle tiempo para que la gente alcance a generar los anticuerpos y permita avanzar con el plan de vacunación.
Hasta el 20 de abril, NOMIVAC registró que la provincia de Mendoza vacunó a 223.486 personas con al menos una dosis. En algo menos de 4 meses se ha vacunado a casi tres veces más de personas de las que se infectaron durante toda la pandemia. En esta campaña ya se ha logrado vacunar el 74% de mayores de 80 años; el 87% de 70-79 y el 44% de 60-69 (Este último comenzó a vacunarse hace dos semanas). En total el 11% de la población se encuentra vacunada con al menos una dosis. Se estima por diferentes bibliografías que es necesario alcanzar 60-70% de inmunizados para poder obtener la denominada “inmunidad de rebaño”.
La educación, según datos relevados por el SUTE, moviliza cerca del 22% de la población en Mendoza. En un momento de sumo riesgo epidemiliógico, con los hospitales al borde del colapso y el personal sanitario exigido como nunca antes, no solo parece necesario el cierre de las escuelas –al menos con un shock de 3 semanas- sino humanitario y pertinente. Evidencias sobran, la decisión es política.