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Al día 8 de abril, el Ministerio de Salud de la provincia informa 261 niños y 748 adultos positivos en las escuelas de Mendoza. Asimismo, dan cuenta de 188 burbujas activadas a la fecha, y 326 “recuperadas” que retomaron la presencialidad en las aulas.
La presencialidad que es el eje de la política educativa, a nivel nacional y provincial, ha sido cuestionada, previo al inicio de clases el pasado 1 de marzo en Mendoza y ahora, por los gremios que advirtieron oportunamente la inviabilidad del sistema mixto de enseñanza y de aplicación de protocolos en las aulas y escuelas.
“Para los chicos no hay mejor lugar para estar que la escuela”, remarca el titular de la DGE, José Thomas. El SUTE ha denunciado el estado edilicio de los colegios, el cumplimiento de protocolos a medias y el riesgo al que se exponen docentes y estudiantes, sobre todo en ámbito de alta movilidad, como en los niveles secundario, terciario y superior.
Extraoficialmente, padres y madres, como así también docentes, comparten sus experiencias en el día a día en este “convivir con el virus” y cómo alumnos y profesores van contrayéndolo. Denuncias anónimas de cursos que se aíslan, escuelas enteras que se cierran, docentes en grave estado de salud se replican a través de las redes sociales.
“La presencialidad, en este contexto, se torna criminal”, denunció el SUTE en conferencia en las afueras de Casa de Gobierno este jueves. El gobernador, en la tarde de ese día, refirió que “es un grupo de docentes los que no quieren la presencialidad”. Este viernes, la DGE manifestó, al diario Sitio Andino, que “los docentes vacunados deberán cumplir con la presencialidad”.
El gremio docente de la provincia entiende que hay una “gran cantidad de casos que se han dado en las escuelas de Mendoza”. Desde el gobierno aseguran que la escuela es un sitio seguro y que la enfermedad no afecta mayoritariamente a los niños. Ante esto, desde el SUTE remarcan: “Es necesario señalar que la escuela no es una burbuja ajena a lo que sucede el resto de la sociedad”.
Desde SADOP, el Sindicato de Docentes Privados, están tras la DGE, realizando averiguaciones ante las recurrentes informaciones que les llegan acerca de situaciones irregulares y exigencias para con docentes y personal educativo en cuestiones de protocolo y cuidado de la salud, en ámbitos de la educación privada.
Mendoza acumula números que rompen récords en lo que va de la pandemia en Argentina. La tesitura del gobierno es equilibrar la actividad económica con la salud. Las aperturas de actividades no se acompañaron con regulaciones ni controles. “Esta situación no tiene nada de sorpresiva”, dicen desde el gremio.
“Lluvia y frío. Fui a dar clases con puertas y ventanas abiertas para mantener la ‘ventilación’. Me preguntó qué será de nosotras en unos meses con más frío y más contagios. El gobierno no nos cuida”, expresa una docente en sus redes sociales, describiendo la experiencia del protocolo en pandemia, en este primer día otoñal en Mendoza.
A comienzos de febrero, el SUTE presentó su informe de riesgo epidemiológico, explicitando allí los niveles de transmisión, que para ese entonces ya eran altos en el Gran Mendoza y en el Valle de Uco, precisaban los especialistas convocados por el sindicato, basándose en los criterios establecidos por el Consejo Federal de Educación.
Varias zonas, hace dos meses atrás, ya figuraban en “amarillo”, indicando la inconveniencia del inicio de clases allí. Estrictamente, el Gran Mendoza y el Valle de Uco ya advertían una circulación notoria de virus. “Pero los gobiernos ignoraron hasta sus propios protocolos”, destacan hoy desde el sindicato, y las clases comenzaron a duras penas.
La vacunación que se llevó adelante para docentes de nivel inicial y primario se planchó, dice Laura Espeche, secretaria de Acción Social del SUTE. A la vez, no se avanzó con otros niveles docentes como se tenía previsto. Por todo ello, solicitan la suspensión transitoria de las clases presenciales en la provincia, con vistas de colapso sanitario que anticipan desde el sector de la salud.
Mientras el gobierno se mantiene firme en su lógica de clases presenciales en pos del bienestar y salud del niño y del acceso a la educación ante los problemas de conectividad en gran parte del territorio provincial y de los hogares mendocinos, al sostener que la cantidad de contagios de Covid-10 detectados en las escuelas es mínimo respecto al universo que representan.