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Aaaahhhh… La Vendimia 2021… Remozada, renovada, audiovisual, novedosa, pero manteniendo el acervo mendocino intacto… Todo muy lindo, excepto porque actores, actrices, bailarines, entre varios artistas siguen esperando cobrar por su participación en esta original edición de la fiesta grande mendocina.
De los contratos firmados, a los artistas nunca les queda una copia. “El contrato dice que el pago se realizará diez días después de la devolución de vestuario. El vestuario se devolvió en el día de rodaje”, cuenta el actor Diego Flores, participante de una de las “Historias de Vendimia” que se estrenó el pasado 6 de marzo.
Pero el rodaje de los diferentes relatos que componen la película comenzó a mediados de enero, mientras la posproducción se desarrolló durante febrero. Toda esta realización implicó el trabajo en equipo de 9 directores, 6 realizadores, más de 150 técnicos y técnicas audiovisuales y 800 artistas.
“Nos centramos en dos pilares. Mostrar al mundo el gran talento que hay en Mendoza. Y también entendiendo que cada una de estas actividades genera mucho trabajo en uno de los sectores más golpeados”, había expresado la ministra de Turismo y Cultura, Mariana Juri.
Diego fue uno de esos muchos artistas que se hicieron parte y es uno más, también, que todavía no percibe su pago, en un reclamo que no es nuevo, pues muy cerca del estreno la retribución económica a los actores y bailarines ya presentaba demoras.
“Cuando estaban por estrenar empezamos a reclamar. Entonces empezaron a pagar. Son seis cápsulas. Pagaron una parte de las dos primeras, dicen que vienen demorados y que van pagando por tandas”, comenta el actor.
Los pagos se realizan mediante asociación de actores o danza, o como monotributistas. Algunos han cobrado, de manera fraccionada, en pequeñas tandas, pero en el grueso de los artistas, el pago registra demoras de más de un mes.
La Asociación Mendocina de Profesionales de la Danza informa a través de sus redes a sus artistas que la facturación se está realizando por cápsulas separadas y mezcladas y de a pocas personas, a la vez que aclaran que en materia de facturación y pago, todo depende de la administración de Cultura.
Los pagos se realizan de manera escalonada, en pequeños grupos. “Yo rodé en febrero. Debería haber cobrado a mediados de febrero. Estamos a mediados de marzo y todavía ni siquiera me han pedido la factura”, cuenta Diego Flores, con muy bajas expectativas de que en el transcurso de este mes se efectúe el depósito de parte de Cultura.
Además de la jornada de rodaje, los y las artistas debieron ensayar en tiempo récord las piezas que integrarían la película final. En una semana se llevaron adelante los ensayos respectivos de cada una de las seis cápsulas en distintos espacios.
En el caso de Diego, fue el Le Parc, y para el actor “mucho tiempo de ensayo fue muy inútil”. “Ensayábamos toda una escena de un patio criollo, donde hay gente tomando, comiendo, bailando. Lo ensayábamos al aire libre en un playón donde no había ningún elemento. Nos imaginamos los elementos, la utilería. Fue pesado en ese sentido”.
Si bien la modalidad de realización y de difusión de la Vendimia 2021 fue nueva, viejas prácticas se mantienen: “Vendimia tiene particularidades que la gente desconoce y tiene un folklore que no está bueno. Tiene ensayos generales, en el acto presencial, que no tienen horario de salida. Podes estar ensayando 12 o 13 horas y no tenés derecho al pataleo”.
Sobre el experimento de esta nueva, y vieja, Vendimia, el actor opina: “Puede ser pintoresco, o agarrado de los pelos, o novedoso, o todo junto”, a la vez que critica la política en materia cultural del gobierno calificándola de paupérrima: “La única alternativa que nos dio fue una página web, donde subir material de manera gratuita para que la gente nos conozca, con 1.200 visitas, y lo presentan como un éxito”.
Nada hace prever que los pagos se realicen en el corto plazo para muchos y muchas artistas. “Es una historia de nunca acabar”, resume Diego Flores, que hace más de un mes debía cobrar su pago. “Capaz, cuando la nafta esté en 200 mangos, me paguen”, ironiza Diego, sobre estas vivencias reiterativas en la problemática para los artistas de las “Historias, repetidas, de Vendimia”.