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Los riders, el épico nombre con que Pedidos Ya nombra a sus repartidores como si se tratara de personajes de Mad Max, llevan adelante un paro de actividades, concentrándose en el KM Cero de la Ciudad de Mendoza, en la tarde-noche de este jueves, como en las principales ciudades del país.
Las y los repartidores de la consolidada app de pedidos a domicilio se manifiestan en reclamo de la actualización de los ítems que cobran por el circuito completo de retiro, traslado y entrega de comida y otros productos.
Actualmente, perciben 65 pesos de pago por cada entrega, discriminados en tres instancias: 35 pesos por retirar, 25 pesos por entregar y 5 pesos por la “propaganda” que hacen de la empresa, que en Mendoza no tiene cara visible responsable.
La desactualización de estas especies de “comisiones” que los repartidores cobran es el eje de la protesta que llevan a cabo, acompañados por algunos restaurantes que decidieron apoyar el pedido y “salirse” de la oferta que hace la aplicación durante esta jornada de lucha de sus trabajadores.
Trabajadores, que en el universo de la app, no existen como tales. Porque Pedidos Ya establece claras normas de contratación que los escinden de cualquier responsabilidad u obligación laboral. Los “riders” no tienen obra social, no tienen ART, no tienen aportes jubilatorios. El sueño flexibilizador de los 90 concretado.
Todo lo que a seguridad social se refiere queda en sus estrictas manos. Pues la empresa exige a sus repartidores inscribirse como monotributistas con clave fiscal nivel 3 y CUIT. De modo, que de sus propios ingresos paguen su obra social y su jubilación.
Mes a mes, informados por un correo electrónico, facturan los montos que la empresa les indica. “Recibirás un correo con el monto que debes facturar por servicio de logística y exhibición de material publicitario, y enviar el pdf de la factura a la casilla facturas@repartosya.com.ar”, informan desde la empresa en su web.
A mediados de 2020, los repartidores de Pedidos Ya percibían “sueldos” mediante facturaciones que oscilaban entre 27.000 y 33.000 pesos. Podían extenderse hasta 43.000 pesos mensuales, trabajando de lunes a viernes, 8 horas por día, realizando 3 entregas por hora.
A primera vista, a muchos, sobre todo jóvenes, les resultó sumamente atractivo no encontrarse en relación de dependencia, tener disponibilidad horaria, contar con algo de dinero e integrar con libertad y autonomía “la compañía líder en delivery online de América Latina que transforma el concepto de delivery”, según reza el institucional de la empresa.
Con 18 años cumplidos, ser “apto para trabajar”, tener moto o bicicleta, licencia de conducir, teléfono celular y un certificado de antecedentes penales basta para ser parte del “equipo” de Pedidos Ya. Negreado, pero parte al fin, cobrando 65 pesos por la entrega de un lomo con papas fritas o medio kilo de helado.
“Pedí lo que se te ocurra” y “¡Vamos volando!” son los principales slogans de la app. Claro que quienes van volando llevando lo que se te antoje en las calles maltrechas, esquivando baches, expuestos a las inclemencias y a los automovilistas, que sufren las quejas, reclamos o impertinencias de muchos clientes, son los “riders”.
Juan Córdoba es repartidor de Pedidos Ya. Cuenta que tras mucho debatir, presentaron una nota en la sede en Mendoza de la empresa, manifestando a los responsables correspondientes, se actualicen los montos y aumente de 65 a 100 pesos la ganancia que les queda por entrega.
Los incrementos sostenidos de combustibles, repuestos, impuestos hacen cada vez menos conveniente para los repartidores la prestación de este servicio, incluso esencial durante la pandemia. “Ni siquiera llegamos a amortizar el valor de los vehículos”, expone Juan, considerando que una cubierta de moto sale alrededor de 2.600 pesos y el litro de nafta súper ronda los 75.
En Mendoza funciona una oficina de Recursos Humanos de la empresa, detalla Juan. Por lo que la cara visible a quien trasladar el reclamo no está acá. Sin embargo, dejaron una nota a esos otros empleados de la compañía para que, quizás a través de correo electrónico, les hagan llegar a los responsables en Buenos Aires el pedido imperioso de los repartidores.
No obstante todo esto, los repartidores se ven en una constante competencia y carrera por mantener la categoría que les permite mejores pagos en materia de entregas. Hay cinco categorías en la empresa, en las que se posicionan de acuerdo buen servicio, atención, rapidez con la que entregan, cantidad de pedidos que son capaces de trasladar, etc.
Cualquier eventualidad: una pinchadura, una tormenta, una enfermedad, un accidente de tránsito les juega en contra de mantener la categoría, perder los “extras” que le pagan por permanecer en una u otra y hasta mantenerse “en pausa” sin poder acceder a repartir por varias horas.
Para los “riders” el contacto directo con responsables en la toma de decisiones es inaccesible. Las vías por las que pueden plantear algún reclamo son meros correos electrónicos: contacto@pedidosya.com, soporte@pedidosya.com y algunas redes sociales.
“Jugamos en equipo. Vamos al detalle. Generamos impacto. Pisamos fuerte”, enumera la descripción de la empresa. Mientras tanto, las y los repartidores que andan la calle se manifiestan para visibilizar la situación de precarización, indefensión y pagos miserables que la compañía ejerce sobre ellos, en una nueva afrenta a la flexibilización laboral, versión 2.0.