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Desde la DGE anunciaron el comienzo del debate de una nueva ley de educación provincial. El Director General de Escuelas, José Thomas, refirió en declaraciones a la prensa que se trata de una “ley de esperanza”.
“Los partidos políticos tenemos la obligación de que salga y ojalá dentro de un tiempo, podamos decir que fue buena ¿Quién no querría hoy sancionar una normativa que nos de esperanza en el medio de una pandemia y con una crisis económica brutal?”, reflexionó Thomas.
En la próxima semana se prevé remitir el borrador de la propuesta, pre elaborado desde la DGE a los distintos actores vinculados a la educación. La idea, desde el gobierno escolar, es que docentes, sindicatos, universidades, agrupaciones políticas, aporten con su visión para concretar el proyecto que irá a parar a la Legislatura para su análisis posterior.
“Estamos hablando del futuro y éste depende de la educación, más aun en el siglo del conocimiento, donde Mendoza también quiere despegar en ese sentido. Por eso digo que esta es una ley de esperanza”, remarcó el titular de la DGE.
Para Sebastián Henríquez, secretario general del SUTE, más que de la “esperanza”, esta propuesta es de un “optimismo bobo”. Para el responsable del SUTE es inoportuno este momento para pretender sancionar esta normativa.
“La esperanza es algo a lo que tiene derecho aquel que trabaja en el presente para crear las condiciones del futuro. El optimismo bobo es creer que las cosas van a estar bien porque tienen que salir bien, aunque no hagan nada para que salgan bien”, apunta Henríquez contra la DGE.
Analizando la retórica en torno a la promoción de una nueva ley provincial de educación, Henríquez destaca que “en este tipo de discusiones predomina este optimismo bobo, sin dejar de ser malintencionado”.
“Hay cierta retórica del ‘futuro’, la ‘sociedad del mañana’. Y se va pasando el tiempo y el futuro cada vez que viene, viene con una dosis de este presente tan jodido”, observa el dirigente gremial. Sobre “la esperanza” de Thomas, para Henríquez es una “retórica constante seductora que contrasta con el presente brutal al que no se le da respuesta”.
“Si hay un momento inoportuno para discutir una ley de educación, es este”, remarca el secretario general del SUTE. “A partir de la emergencia sanitaria y económica, se arrogaron las facultades de no pagar aguinaldo, no aumentar salarios, recortar partidas extraordinarias”, contextualiza.
Y sobre esto, Henríquez añade: “En esa situación de emergencia, de la que todavía no salimos y de la que no tenemos medidas las consecuencias de la misma ¿Se quiere discutir una ley en un presente de agobio y sobrecarga con un montón de situaciones que no se han resuelto ahora?”
Otro aspecto que destaca el titular del SUTE tiene que ver con el estado actual de los y las docentes y la propuesta de debate que la DGE pretende dar, en tal escenario. Es que la DGE plantea un esquema de pre congresos y reuniones para revisar el borrador del proyecto antes de llevarlo a la Legislatura para su discusión.
“Sin duda no la van a discutir con los y las docentes que están llegando a la medianoche cargados, agotados y agobiados. No van a poder participar porque están sobreviviendo el día a día, tratando de llegar con las exigencias de la DGE”, observa Henríquez.
Con una batería de reclamos irresueltos al día de hoy, en materia laboral y salarial, desde el SUTE consideran que una ley como la actual y vigente, la 6970, establece derechos y obligaciones del Estado, obligaciones que se están incumpliendo, sin embargo.
“La ley vigente plantea como obligación del Estado que el presupuesto tiene que ser un 35% del PBI del presupuesto provincial. En 18 años de vigencia de esa ley, nunca se alcanzó ese porcentaje. Hoy el presupuesto educativo no llega a ser el 23%”, destaca Henríquez.
Y agrega: “Esa diferencia de 10 puntos no es un abstracción, no es una discusión sin sentido. Porque eso está en la ley. Y está en la ley porque hay garantizar con recursos la política educativa”.
“Si vos venís con fantasías de digitalización del sistema pero no generas los recursos para que existan personas, dispositivos, conectividad para propiciarlo, esto termina en una sobrecarga para los que estamos en el sistema”, ejemplifica Henríquez planteando un problema cotidiano de las y los docentes de todo el país, puntualizando en Mendoza.
Henríquez aclara que no se oponen a la discusión y elaboración de un proyecto de ley actualizada en materia de educación, “estamos planteando paritarias para que se generen condiciones para esto”, manifiesta.
Además, Henríquez critica las decisiones tomadas desde la DGE, aún las más recientes, como el acompañamiento de las trayectorias educativas de alumnos y alumnas con trayectorias débiles. “¿Van a abrir los programas educativos, otorgar más horas y cargos para acompañar a esos estudiantes? No, plantean más cosas para que hagamos”, cuestiona.
“Esa es la profunda relación entre esperanza y optimismo bobo, es medio perverso ese optimismo”, considera Sebastián Henríquez acerca de las expectativas desde el gobierno escolar en cuanto a avanzar en una nueva ley educativa.
“Quieren empezar con la discusión, empecemos ¿Pero intentar aprobar una ley ahora? Terminemos la discusión cuando hayamos salido de la emergencia educativa”, plantea el titular del SUTE, para poner blanco sobre negro principalmente en cuanto a desde qué condición y situación se partirá en esta nuevo iniciativa promovida desde la DGE.