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El lunes 10 de agosto, integrantes de la Asociación Mendocina de Pesca con Mosca detectaron un corte de agua en la zona de Álvarez Condarco. Por tareas de mantenimiento programado, la empresa a cargo de la central hidroeléctrica, CEMPPSA, Consorcio de Empresas Mendocinas para Potrerillos S.A., realizó dicho corte.
El corte dejó sin agua a un brazo del río Mendoza, en un tramo que se extiende por 1250 metros de largo y 50 metros de ancho aproximadamente. Las tareas en la central hidroeléctrica Álvarez Condarco son habituales, históricamente se han realizado.
“Pero nunca había sido tan evidente y tan grosera la situación”, cuenta Manuel Linares, director de la Escuela Mendocina de Pesca con Mosca. La gravedad que advierte Linares tiene que ver con el incalculable impacto ambiental que el corte de agua de un brazo del río trae aparejado: la muerte de diversas especies de peces y crustáceos que constituyen la fauna acuática del Mendoza.
De casualidad, mientras realizaban tareas de monitoreo para la escuela de pesca, los integrantes de esa asociación descubrieron el brazo norte del río Mendoza seco. “Habían quedado pequeños bolsones o pozones de agua, donde se amontonaban los peces autóctonos y exóticos, como bagres y truchas”, narra el director de la escuela de pesca.
Al día siguiente, desde la Asociación Mendocina de Pesca con Mosca realizaron sendas denuncias en la Dirección de Recursos Renovables y en el Departamento General de Irrigación “ al fin de exigir explicaciones, motivos y permisos otorgados para el corte y disminución del caudal ecológico mínimo del tramo de río Mendoza aguas abajo del Dique Potrerillos el pasado día domingo 9 de agosto provocando enormes daños en la biología acuática”.
La misma nota dirigida a las autoridades del área de Ambiente e Irrigación da cuenta de la afectación de tal hecho en la fauna conformada por peces autóctonos como exóticos y a la biodiversidad de macroinvertebrados. “Se solicita de manera urgente se restituya el caudal mínimo ecológico en la zona afectada”, cierran la misiva desde la Asociación de Pesca.
A la vez, también piden acceder a los estudios de impacto ambiental correspondientes que avalan dichas tareas y las acciones previstas, por la empresa a cargo, tendientes a mitigar el daño ambiental. “Por lo que hemos averiguado, extraoficialmente, no saben desde Irrigación que exista algún protocolo o acción de mitigación de daño. Simplemente lo hacen”, denuncia Linares.
Tras el descubrimiento del río seco, desde la Asociación organizaron brigadas de rescate para intentar salvar algunas de las especies acuáticas, el miércoles y jueves subsiguientes. Manuel Linares cuenta que “el brazo del río estaba completamente seco, con algunos charcos donde se amontonaban todos los seres vivientes que habían logrados sobrevivir. Rescatamos muchas especies moribundas. Otros estaban prácticamente secas”.
En el relevamiento y salvataje realizado por la Asociación de Pesca con Mosca, a lo que se sumó equipo del Área de Fauna de la Secretaría de Ambiente se detalla que rescataron: 450 bagres de torrente o atigrado, 300 pancoras, 10 camarones y 2 langostas de agua dulce, 1 trucha arco iris y 5 mojarras plateadas. “Lo que rescatamos no representa ni siquiera el 5% de la población que murió”, indica Linares.
“Todo ser viviente compite constantemente por pequeños espacios que resguardan un poco de humedad. Debajo de cada piedra se encuentran grupos de 20 o 30 pancoras, algunas moribundas y otras completamente disecadas. En los sectores de mayor humedad se hallaron no menos de 15 ejemplares de bagres de torrente en estado de agonía”, detalla el relavamiento.
En cada m2 de río seco detectaron no menos de 50 individuos moribundos o completamente secos. “No sabemos cuál es el impacto ambiental, es incalculable”, lamenta Linares. Más allá de los pedidos realizados a los entes provinciales, desde la órbita nacional, el diputado José Luis Ramón vehiculizó un pedido de informes.
En el mismo, remitido a la Secretaría de Ambiente, a la Dirección de Hidráulica y al Departamento General de Irrigación, Ramón solicita detalles de la empresa concesionaria encargada del sector y de la operación y mantenimiento de la Central Álvarez Condarco; los protocolos técnicos y ambientales seguidos para la realización de tareas que afectaron el curso de aguas; la Declaración de Impacto Ambiental que autorice dichas tareas sobre el curso de agua.
Además solicita informes de los responsables políticos, técnicos y gerenciales de la empresa; de la autoridad que tiene a cargo controlar el cumplimiento de protocolos; y las acciones de mitigación del impacto tomadas y a tomarse junto con un plan de reparación del daño ambiental; entre otros muchos detalles solicitados por el diputado nacional.
Al margen de las tareas propias de la central hidroeléctrica ¿podría haberse prevenido dicho daño ambiental con la mortandad de fauna acuática que implicó? Para Manuel Linares claramente sí: “Haciendo un simple movimiento de tierras, desviando algunos m3 de agua del brazo sur del río al brazo norte, es suficiente para evitar la mortandad. No era nada complejo ni difícil, simplemente un par de maniobras previas, para que el impacto sea el menor posible”.
“Todos entendemos que deben limpiarse las centrales y que hay maniobras que deben efectuarse cada tanto. Simplemente hay que prever el impacto para minimizar el daño”, señala Linares. Y evalúa: “Negligencia en la organización, negligencia en los planes de contingencia, negligencia en los planes de mitigación. Total ausencia de respuesta en tanto que van a hacer ante el daño causado y en cuanto a cómo van a proceder a futuro”.