Se cumplieron 68 años del fallecimiento de Evita, la abanderada de los humildes y jefa espiritual de una gran parte de la sociedad argentina.

En su persona se dieron las más grandes difamaciones, se dijeron o escribieron cosas negativas en contra de su nombre, su fama y su dignidad manchando su imagen. Podemos nombrar entre las más viles y peligrosas el “Viva el cáncer” luego de su deceso físico. Pero en su corta, y activa, vida fue y sigue siendo cruelmente desacreditada. 

Este domingo, en el aniversario de su fallecimiento, se dio lugar una critica por la ex vicegobernadora provincial, Laura Montero, que me llamó la atención e hizo reflexionar sobre algo de lo que ya hablé. El odio que se sigue manifestando en los discursos de algunos políticos y políticas de la actualidad argentina.

En serio en pleno siglo XXI? Se siguen construyendo mitos y se pretende perpetuarlos en el tiempo. Argentina tiene 35% de pobreza estructural y estos relatos no han aliviado el sufrimiento de gente de carne y hueso. Y si construimos futuro con los vivos que enfrentan la realidad? https://t.co/iWYemoLP8f

— Laura Montero (@lauramonteromza) July 26, 2020

Evita, como la llama su pueblo, fue blanco de toda polémica posible de quienes no la apoyaban. Fue tan así, que ya una vez muerta, fueron sus enemigos ideológicos y políticos -el gobierno militar que derroco a Perón- quienes robaron su cuerpo embalsamado devolviéndolo después de catorce años sin un dedo en una de sus manos. ¿Qué tanta crueldad y odio se tiene para hacer tal atrocidad?

Victima de diferentes desprecios, agravios, ella transcendió con su imagen y su labor todo odio posible de aquellas personas que no la acompañaban y denigraban. Sus discursos tienen en la actualidad gran relevancia, les habla a los más vulnerables y nos haces pensar en ellos y ellas. Quienes el sistema deja al costado y los y las excluye de todo progreso posible.

Más cercanos a nuestros tiempos, ese odio y difamación hacia una mujer con poder y visibilidad volvió a resurgir. Es la imagen de Cristina quien ahora tiene que soportar estas agresiones. La vestimenta que lleve o lo que diga pueden ser excusa para difamarla. Quienes no comparten sus ideas, como le paso a Evita, ruegan por su deceso para no verla más. Ven ella todo mal que le pueda pasar al país.

Esto no es casualidad. Son mujeres que trabajaron, y trabajan, para los excluidos. Quienes llevaron derechos a la minoría. Con el objetivo de un país más justo, de igualdad de oportunidad para todos y todas. Eso a muchos y muchas les molesta, temen perder sus privilegios. 

Volviendo a la critica por parte de la ex vice gobernadora, lo que más me produjo curiosidad es su reproche a la mitificación de Evita. Evita no es un mito, es realidad. Son hechos: Políticas pensadas para los mas humildes. Políticas para las mujeres. Políticas por un país más justo e igualitario. Políticas sociales que incluyeron a quienes no eran escuchados y escuchadas. Evita es esa multitud que la fue a despedir, pocas personas de la vida política argentina fueron despedidas de esa manera.

Si un cáncer no le hubiera ganado la batalla con solo 33 años, Evita seria la capitana de todo proceso político que buscara la justicia social. Pero su ausencia física, lejos de llevarla al olvido, ha logrado que sea la abanderada política y social reconocida mundialmente por quienes pregonan seguir conquistando derechos por los más desfavorecidos. 

Reivindicar los derechos conseguidos con y por Evita no genera desviarnos de la actualidad. Estamos pasando por un contexto difícil, mundialmente y en nuestro país en particular. Donde el rol del estado va a ser clave para el futuro de su pueblo. Recordar las ideas de Evita no va a hacer más que ayudar a proponer soluciones posibles para salir de la grave crisis que va a dejar la pandemia. Estimada Laura, construir el futuro para nuestro país es con quienes estamos vivos y vivas para pensarlo y resonando ideas de quienes nos precedieron.