Antes de adentrarnos en el desarrollo de la nota, cabe resaltar lo realizado en los últimos días mediante el convenio firmado entre el Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social a cargo de Claudio Moroni, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que conduce Juan Cabandié y el INJUVE liderado por Macarena Sánchez, dicho acuerdo, sentó las bases para algo que consideramos esencial, pensar las problemáticas de las juventudes de manera integral y colectiva. Si bien aún no es de público conocimiento el programa a desarrollar, entendemos que el empleo verde como muchos lo llamamos, es sin duda fundamental para la Argentina del futuro y por consiguiente también uno de los ejes del Plan de Desarrollo Estratégico Joven 4.0. 

Dicho esto, y en base a la situación descrita en las publicaciones anteriores (“Deconstruyendo el adultocentrismo y la utopía de un nuevo contrato social” y “ La resiliencia de la juventud como salida a la crisis económica”)  en torno a los problemas que afectan al colectivo de jóvenes, entendemos  que el abordaje requiere de la puesta en marcha de medidas diseñadas bajo un punto de vista holístico e integral, concretas, no focalizadas, combinables y transversales, a través de un nuevo contrato social entre el estado, la política, las empresas, los sindicatos y las juventudes. Una mesa federal de planificación intersectorial que contribuya a la optimización de los recursos del Estado. Con dichos actores coordinando y garantizando la efectividad del Plan de Desarrollo Estratégico Joven 4.0. 

Si uno de los desafíos a afrontar  como política de estado a mediano y largo plazo, es el de buscar la mejora de la competitividad y la generación de valor agregado en la estructura productiva Argentina, las personas jóvenes tienen que ser quienes más dinamicen ese desafío ya sea como trabajadores y trabajadoras calificadas liderando empresas Startup y pymes, o bien aportando el conocimiento científico al esquema productivo. El objetivo debe ser el de alcanzar niveles de crecimiento económico que permitan generar una oferta sustancial de empleo, sobre la base del desarrollo de los sectores del futuro.

El estado debe ser promotor y generador de condiciones adecuadas para la inversión estratégica, ya que, tal como todos sabemos los tiempos que se avecinan son complejos para todos los sectores y, para el joven, especialmente. Por entonces, a modo de propuestas intentamos reflejar de manera ordenada y precisa algunas de las acciones y medidas necesarias que contribuyan al desarrollo de un nuevo modelo productivo con estrategias a largo plazo que impulsen medidas de apoyo estratégico a la innovación aplicada a sectores o ramas concretas, pero sobre todo sin miedo a romper con la comodidad del Status Quo y animarse a las nuevas formas de desarrollo económico joven, basado en gran medida por la influencia de la Revolución 4.0.

De este modo proponemos, por un lado, fortalecer el compromiso con la formación integral y con la cualificación de las juventudes, que impulse su promoción individual, pero sobre todo colectiva y profesional, la articulación más dinámica con el sistema educativo, que debe salir del formato “enlatado”, para apuntar a una educación diferenciada en base al potencial que ya muestran los pibes y pibas en la primaria y secundaria.

Luego entorno a lo laboral, se torna necesario para la integración social, dotar de competencias profesionales a aquellos jóvenes con escasa cualificación, ocupándose de los jóvenes del entorno rural, potenciando y reforzando el papel de los Servicios Públicos de Empleo como puerta de entrada al mercado de trabajo y a la vida activa. Desarrollar iniciativas al emprendimiento de los jóvenes, al fomento de la participación sindical y del asociacionismo empresarial y el cooperativismo. Liderar el desarrollo es también, liderar las empresas que con su capacidad de generar empleo, se tornan imprescindibles para la salida de la crisis económica. Nuevas eras, ameritan nuevas ideas e indefectiblemente nuevos liderazgos. 

Dicho esto y apostando al diálogo pero sobre todo a las Ideas, es que entendemos que es más que necesario un “Centro de Innovación Política, Económica y Social Joven” (CIPESJ)
que tenga como desafíos y objetivos generales, debatir el marco laboral de calidad en el empleo y la dignidad en el trabajo. Hacer protagonistas a las juventudes del proceso de inserción laboral y cualificación. 

Fomentar un nuevo modelo económico basado en la productividad, el valor agregado y la innovación joven. Ampliar aún más el debate en torno a la  igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres para eliminar sesgos de género, combatir la segregación horizontal y la brecha salarial de género. Y por último también, hacerle frente a la desmotivación de las personas jóvenes que no buscan empleo porque creen que no lo van a encontrar, ante esa situación el “hacer parte” del cambio a las juventudes garantizará el sentido de pertenencia a las políticas y sobre todo nos permitirá que dejen de migrar jóvenes a trabajar en el exterior y se queden a liderar la Argentina del futuro.