En el sentido común mendocino existe el entendimiento de que la actividad agrícola, en especial la actividad vitivinícola, es el sector más importante de nuestra matriz productiva. Esto se debe a que, con el correr de los años, se le ha dado una relevante importancia a la información que se conoce sobre este sector. Sin ir más lejos, el mayor espectáculo turístico que posee la provincia hace referencia al sector vitivinícola (Fiesta Nacional de la Vendimia).

Si leemos las estadísticas provinciales notamos que la importancia que conserva la agricultura en la matriz productiva de Mendoza no ocupa un lugar primordial. Los primeros lugares de nuestra matriz son protagonizados por los sectores de comercio, servicios y la industria manufacturera. Los mismos contienen el 56% de nuestro producto bruto geográfico, o valor agregado, teniendo 20.5%, 20.3% y 15.2% respectivamente. Para entender, el producto bruto geográfico expresa la riqueza que se genera dentro del territorio mendocino durante un año.

Fuente : DEIE, Producto Bruto Geográfico 2004-2019.

Este comportamiento se da de igual manera si estudiamos los datos que se nos brindan sobre la ocupación, asalariados, que produce cada uno de los sectores que componen la matriz. Por ende, cabe preguntarse, ¿Por qué en el primer rescate que suele hacer la provincia es hacia sectores de menos relevancia en nuestra matriz productiva? ¿Debemos ampliar nuestra matriz productiva?.

Fuente:  DEIE datos elaborados en base a la Encuesta Permanente de Hogares. Características de los ocupados.

¿Qué Mendoza queremos?

El sector productivo que ha recibido más ayuda estatal en la provincia es el vitivinícola. Con el correr de los años hemos visto recurrentes noticias y medidas que influyen en el sector. Lo que no hemos visto es un real debate entre sector público y privado sobre qué Mendoza queremos hacia el futuro. Qué actividades pueden proporcionar mayor desarrollo, mayor empleo, mirando con amplia visión que es lo mejor para la provincia.

En los últimos años a raíz de decisiones político-económicas la actividad productiva de Mendoza estuvo muy golpeada. En una economía donde se obtenía una rentabilidad mayor en la especulación financiera, las inversiones productivas no estuvieron en la prioridad de los diversos sectores. Esto tuvo consecuencias negativas en la estructura productiva, ya sea de ingresos u ocupación, de la provincia. Sectores que venían creciendo, como la metalmecánica, fueron perjudicados. Los datos proporcionados oficialmente aclaran esta situación donde se ve una clara disminución de nuestro valor agregado acumulado en la última gestión gobernante.

Entonces, es hora de comenzar a debatir el camino hacia el cual queremos desarrollar la provincia. Ampliar nuestra matriz productiva es primordial para comenzar a pensar en una Mendoza con desarrollo. Con la estructura actual vemos que no es posible un crecimiento real, la provincia no ha podido dar esos pasos que impacten favorablemente en la población mendocina. Esta situación ha llevado a que gran cantidad de jóvenes prefieran emigrar de la provincia, y el país, en busca de su futuro. 

Pensar en el futuro es recapacitar sobre estructuras que imploren ascensos sociales de la ciudadanía, desarrollo que tenga en cuenta los aspectos sociales y ambientales actuales, crecimiento de riqueza, de recursos para la provincia. Una estrategia productiva es esencial para todo esto, necesitamos re pensar Mendoza, para definir prioridades y establecer qué actividades vamos a priorizar y promover. Más temprano que tarde esta es una discusión que deberemos dar.