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Desde este lunes comenzó a funcionar el sistema “Take away” o “Pase y lleve” en los locales gastronómicos de Mendoza, en esta reapertura a medias del rubro.
Las experiencias de quienes llevan adelante estos emprendimientos son diversas, pero coinciden en buena parte en la insuficiencia de este método de comercialización, a la expectativa de una reapertura plena y la atención presencial de los locales de comidas y restaurantes.
Al menos es lo que plantean desde la Cecitys, la Cámara de Comercios, Servicios y Turismo de la Ciudad de Mendoza: “Es una herramienta más, no nos ha dado ninguna posibilidad de subsistencia, no hay nada mejor que lo presencial”, dice Adrián Alín, titular de la entidad.
“Estamos esperando que se abra con la modalidad presencial. Los comercios, los cafés, son los que les dan vida a la ciudad”, manifiesta Alín entendiendo que se trata de un paliativo para el sector, pero que no resuelve la grave crisis que atraviesan.
Raúl Roitman, titular de AEHGA mencionó días atrás en declaraciones a medios, la tarea de protocolizar la reapertura de los negocios, en conjunto con trabajadores, autoridades municipales y provinciales en pos de sostenerla en el tiempo.
Ante la posibilidad de una reapertura, desde la Asociación de Empresarios Gastronómicos advierten que se encontrarán en una situación desventajosa, “porque en el mejor de los casos, ante la posibilidad de un reapertura presencial, estarían facturando en el mejor de los casos el 50% de ingresos”, señala Roitman.
Sergio es propietario de una sanguchería en Las Heras y lamenta lo empobrecido que se encuentra este tipo de negocios. “La situación ha sido contundente en la baja de ventas. Tuve que reducir personal, logré acordar con los dueños del local la reducción de alquiler, pero los servicios no se redujeron, abril y mayo quedaron impagos”, cuenta en diálogo con .
“La venta de abril dio el 17% del total de la venta normal, en mayo vamos en la misma cifra. Por noche no supero los dos pedidos, anoche facture 1000 pesos, lo que la gente no puede circular después de las 7 de la tarde, no viene nadie”, indica Sergio en referencia al sistema previsto por el gobierno de “Take Away”.
Sobre el “Take Away”, Sergio considera: “El sistema tiene un nombre muy lindo que le han puesto ahora, pero no ha movido la aguja en lo absoluto. Este tipo de negocios estamos haciendo fuerza para mantenerlo pero no tiene mucho sentido, es un sacrificio muy grande”.
Además, el dueño de la sanguchería cuenta que no obtuvo beneficios económicos o subsidios: “Tengo el personal no registrado, tengo deuda con la AFIP, así que no tengo acceso a beneficios”, cuenta con sinceridad en cuanto a las chances de solicitar ayuda del Estado.
Santiago trabaja en un reconocido local de comidas que funciona 24 horas en calle Mitre y Las Heras. Cuenta que desde hace una semana están reincorporados al trabajo, pero no abren al público.
“Estamos arreglando, estamos limpiando, desinfectando. Llevamos casi una semana limpiando. Por ahí nos dicen que van a habilitar mesas para que la gente pueda asistir, pero al final se vuelve para atrás”, menciona en torno a las expectativas por una reapertura plena.
Sobre el sistema con el que se les permite trabajar desde este lunes a este tipo de locales, para Santiago “la modalidad del Take Away no es tan exitosa. Si vos tenés que preparar comidas diarias tenés que limitarte a un menú, pero si la gente no quiere comer eso, perdés plata”.
“No se han prendido muchas cocinas en Mendoza. Da miedo abrir, porque hay que hacer una gran inversión para eso, y en este momento queremos ir a lo seguro. Es incierto el futuro de los gastronómicos. Tenemos muchas ganas de trabajar, espero que esto se reactive porque estamos muy complicados”, señala el trabajador gastronómico.
Asimismo, con la modalidad delivery, como así con la actual vigente “Pase y lleve”, desde el sector gastronómico advierten de las complicaciones que en actual escenario arriesgan: la gran competencia; los cambios de hábitos de la gente que al estar en su casa se vuelca a la cocina casera; el temor al contagio por la higiene y la franja horario de trabajo limitada para la venta.
Parece ser un paso hacia adelante para reactivar a un rubro muy golpeado por la pandemia y el aislamiento. Parece ser insuficiente para sostener un sector de trabajadores y comercios que precisa de importantes ingresos para sostenerse y para otorgar rentabilidad.