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La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán) y a los que se agregaron posteriormente Uzbekistán, India y Pakistán sería junto con los países del ALBA e Irán el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña. En consecuencia, el objetivo confeso de EEUU sería dinamitar dicha organización teniendo a Baluchistán, Cachemira y Xinjiang como escenarios para sus operaciones desestabilizadoras.
China y la diversificación de sus fuentes energéticas
Rusia y China sellaron un estratosférico contrato petrolero que se convierte en uno de los mayores de la historia de la industria energética por el que la empresa rusa Rosneft, (la mayor petrolera del país), suministrará petróleo al gigante asiático durante 25 años por valor de 270.000 millones de dólares (unos 205.000 millones de euros). Ello, aunado con el megacontrato gasístico firmado por la rusa Gazprom y la china CNPC por el que Rusia suministrará al país asiático 38.000 milones de metros cúbicos de gas natural por un monto aproximado de 400.000 millones $ y con una vigencia de 30 años a través del gaseoducto Sila Sibiri (La Fuerza de Siberia), sentaría las bases económicas de la Unión Euro-Asiática que inició su singladura el 1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar al proyecto de EEUU de crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés).
Sin embargo, en un intento de evitar la rusodependencia energética, China habría asumido el reto de construir un nuevo canal en Nicaragua (Gran Canal Interoceánico) similar al canal del istmo de Kra que tiene proyectado entre Tailandia y Birmania para sortear el estrecho de Malaca, convertido “de facto” en una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas e inauguró en el 2010 el gasoducto que une a China con Turkmenistán y que rodea a Rusia para evitar su total rusodependencia energética al tiempo que diversifica sus compras. Además, China estaría construyendo una extensa red portuaria, que incluiría puertos, bases y estaciones de observación en Sri Lanka, Bangladesh y Birmania y del que sería paradigma el puerto estratégico en Pakistán, Gwadar, (la “garganta” del Golfo Pérsico), a 72 kilómetros de la frontera con Irán y a unos 400 kilómetros del más importante corredor de transporte de petróleo y muy cerca del estratégico estrecho de Ormuz. El puerto fue construido y financiado por China y es operado por la empresa estatal China Overseas Port Holding Company (COPHC), pues la región circundante al puerto de Gwadar, contiene dos tercios de las reservas mundiales de petróleo y por allí pasa el 30 por ciento del petróleo del mundo y el 80 por ciento del que recibe China y está en la ruta más corta hacia Asia (Ruta de la Seda).
Pakistán e India: Dos vecinos irreconciliables
El peligroso acercamiento de Pakistán a China habría acelerado la doctrina del Pentágono de lograr la balcanización de Pakistán y su debilitamiento como Estado teniendo a Baluchistán como campo de operaciones de la insurgencia. Así, EEUU anunció la supresión de ayuda militar a Pakistán por un monto de 300 millones $ al tiempo que habría fomentado el movimiento de independencia en la provincia de Baluchistán donde se ubica el estratégico puerto de Gwadar con el objetivo confeso de hacer inviable el proyecto estrella de China, la “Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda” y posteriormente la CIA recurrirá al endémico contencioso de Cachemira que será un nuevo episodio local entre un Pakistán aliado de China y una India apoyada por Rusia, con el agravante de disponer ambos países de misiles balísticos nucleares.
Rusia sería aliado estratégico de India al ser el mayor proveedor de armas de una India que mantiene desde hace años una carrera armamentística con su rival y vecino Pakistán con el objetivo inequívoco de prepararse para un nuevo enfrentamiento armado. India dispondría del misil nuclear de última generación Agni V que puede transportar una ojiva nuclear a una distancia de 5.000 kilómetros mientras Paquistán contaría con el misil balístico Hatf IV, desarrollado con la ayuda de China y capaz de transportar una ojiva nuclear y alcanzar los 900 Kilómetros. Así, en el supuesto de un nuevo enfrentamiento armado indo-pakistaní asistiríamos al primer pulso militar Rusia-China en forma de colisión nuclear restringida al aérea geográfica indio-paquistaní, no siendo descartable la posterior extensión del “caos constructivo” al territorio chino.
El cóctel explosivo de Cachemira
Cachemira sería el paradigma perfecto de la implementación de la teoría brzezinskiniana del “caos constructivo” en la región, concepto que se basaría en la máxima atribuida al emperador romano Julio César “divide et impera”, para lograr la instauración de un campo de inestabilidad y violencia (balcanización) y originar un caos que se extendería desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq y desde Irán y Afganistán hasta Pakistán , Cachemira y Anatolia (Asia Menor).
Cachemira se habría convertido en un cóctel explosivo al aunar ingredientes tan inestables como el contencioso religioso hindú-musulmán, el contencioso territorial y la guinda de los independentistas cachemires apoyados por ex-combatientes yihadistas de Sudán, Paquistán y Afganistán, tradicionalmente oprimidos por un Ejército Indio que tendría desplegados cerca de 500.000 soldados en Cachemira (1 soldado por cada 9 habitantes) y el Gobierno nacionalista de Modi habría revocado el status especial de Cachemira, lo que en la práctica se traduce en la detención sine die de políticos locales de Cachemira y el control estricto del servicio de Internet.
Por otra parte, en 1962 estalló un enfrentamiento entre India y China por el desacuerdo chino con la línea fronteriza establecida en 1914 (Línea McMahon), tras el cual China consiguió el control de la meseta de Aksai Chin amén del Glaciar de Siachen, (territorios que la India sigue reclamando como suyos). China aspira a almacenar el agua de los nacimientos de ríos como el Brahmaputra para abastecer a ciudades chinas del este del país, lo que habría encendido las alarmas en el Gobierno de Modi que teme una notable reducción del caudal de agua potable disponible por lo que no descartan bombardear las instalaciones hidráulicas chinas. El reciente incidente armado en el que habrían muerto varios soldados indios habría elevado la tensión entre ambos países, circunstancia que será aprovechada por EEUU para desestabilizar la frontera compartida por ambos países conocida como Línea de Control Actual (LAC, por sus siglas en inglés).
Hacia la desestabilización de Xinjiang
Respecto al Turquestán oriental o Xinjiang (“Nueva Frontera”), fue incorporado al imperio chino en el siglo XVIII y representa el 17% de la superficie terrestre del país y el 2% de su población) y la etnia uigur de Xinjiang (de origen turco-mongol y con un total de 8.5 millones de habitantes), conserva características étnicas e islámicas que les situarían muy próxima a sus parientes de Asia central y Turquía, por lo que sería el caldo de cultivo ideal para implementar la estrategia brzezinskiniana del “choque de civilizaciones”.
Dicha doctrina consiste en lograr la confrontación de China con el Islam (cerca de 1.500 millones de seguidores) así como secar sus fuentes de petróleo de los países islámicos del Asia Central, pues varios de los más importantes gasoductos de China pasan por Xinjiang en procedencia de Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán y Rusia, lo que explicaría la importancia estratégica de dicha provincia dentro de la estrategia brzezinskiniana de lograr la total rusodependencia energética china para en una fase posterior acabar enfrentándolas entre sí y finalmente someterlas e implementar el nuevo orden mundial bajo la égida anglo-judío-estadounidense.